martes, 8 de enero de 2013

Suena el despertador

¿Estaba dormido? Me despierto, veo que todo sigue tal y como todo estaba justo antes de despertarme de aquello que yo creia que era un sueño. Es verdad, me siento, suspiro, con el rostro cansado miro la a través de la ventana, lo que es una mañana de invierno, lo recuerdo todo, lo doy un repaso a mi vida mentalmente, otro a mis estudios, otro a ciertos períodos, y finalmente decido levantarme.

Ayer en una cadena vi una película que me ayudó, llego a la conclusión de que no todo está a mi alcance, que no puedo hacer lo que a mi se me antoje, que no puede ocurrir siempre lo que yo quiera, que hay veces en la vida en las que hay que aguantarse y dejar que todo sea como debe ser, y aqui me encuentro, resignado, parado en mitad de una estación de tren mirando a mi alrededor y viendo a las personas pasar, algunas me sonrien, otras me miran de una forma extraña, otras intentan robarme, otras se muestran indiferentes, pero cada una de estas personas tienen que tener algo que enseñarme, y yo tengo que tener algo que enseñarles a ellas.

Pero vuelvo a casa, a mi casa antigua, a esa casa de dos plantas, y entro en ella y veo el primer piso lleno de cosas inservibles, cosas que ya no quiero en mi vida, asi que decido limpiarlo, dejarlo vacío para volver a decorarlo, con cosas que ahora me gusten realmente y no me obliguen a comprarlas las estupidas campañas de marketing propuestas por esos hijos del diablo. Subo las escaleras al segundo piso, recuerdo perfectamente como era el segundo piso de mi casa, estaba compuesto por una habitación grandísima en la que solo había música, discos, instrumentos, y mas y mas y mas música, y un cuadro, aun recuerdo ese cuadro como si fuese ayer, me encantaba, era un cuadro precioso, lo miraba por las noches y me sentía el hombre mas afortunado del mundo, por tener un cuadro así.

Llego a la segunda planta y me encuentro toda esa música y me siento feliz, no tengo que cambiar los instrumentos, no tengo que cambiar nada en esta habitación de gran tamaño, todo es perfecto para mi, las paredes de un amarillo verdoso pálido de esta habitación, decoradas con guitarras, discos de vinilo, y todo tipo de decoración musical son perfectas para mi, me llena un sentimiento nostálgico el volver a esta casa, también me invade un sentimiento de pena, pero he decidido resignarme, cuando voy a bajar a la cocina, recuerdo el cuadro que había antaño en el cuarto de arriba, vuelvo a subir las escaleras corriendo, miro a la pared donde estabba ese cuadro, alguien se había llevado el cuadro.

Pero me resigné y fui a hacerme la cena, para mas tarde acostarme en mi vieja cama.

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